Perspectivas
¡Latigazo!
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Global Fixed Income Bulletin
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noviembre 30, 2023
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noviembre 30, 2023
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¡Latigazo! |
Los mercados de renta fija resurgieron y se cobraron su revancha en noviembre. Las expectativas del mercado de un ‘soft landing’ de la economía aumentaron ante unos datos económicos más débiles de lo esperado, una caída global de la inflación y lo que parece una política monetaria moderada de los bancos centrales. Los tres componentes llevaron a uno de los mejores meses para la renta fija en décadas, al descontar los mercados rebajas sustanciales de los tipos en Estados Unidos y Europa. Los las tires de los bonos a 10 años cayeron 60 puntos básicos (pb) en Estados Unidos, 36 pb en Alemania, 5 pb1 en Canadá y Australia, y 67 pb en Nueva Zelanda. Los tipos de los mercados emergentes, en general, cayeron incluso más. El dólar estadounidense (USD) cayó un 3% frente a una cesta de otras monedas. En cuanto al crédito, la deuda corporativa 'investment grade' estadounidense superó en rentabilidad a su homóloga europea, estrechándose sus diferenciales 25 pb durante el mes, frente a 13 pb. En cuanto al crédito ‘high yield’, el mercado estadounidense volvió a registrar un resultado relativo positivo, estrechándose los diferenciales 67 pb, frente a 47 pb. Los diferenciales de los activos titulizados también cedieron durante el mes. Tras un año débil hasta ahora, los bonos de titulización hipotecaria de agencia de Estados Unidos obtuvieron una rentabilidad de más del 5%, estrechándose sus diferenciales significativamente con respecto a los bonos del Tesoro estadounidense. ¡Se podría decir que ha vuelto el escenario de una economía 'goldilocks'!
Perspectivas para la renta fija
No recordamos dos meses consecutivos como octubre y noviembre. En octubre, las curvas de tipos estaban demasiado invertidas, las primas a plazo subían, el crecimiento del empleo se aceleraba en Estados Unidos y parecía que los bancos centrales se mostraban inflexibles al sostener que los tipos tendrían que seguir altos durante más tiempo. Hoy por hoy, ¡olvidémonos de ello! La inflación está cayendo y a los bancos centrales les asustan unas condiciones financieras demasiado restrictivas (les preocupa que quizá, solo quizá, hayan subido demasiado los tipos de interés). Sigue cundiendo el desánimo en el sector manufacturero, con las encuestas de confianza empresarial inmóviles muy por debajo de 50, lo que sugiere una contracción de la producción. Hoy por hoy, no hay duda de que las correcciones en los mercados de bonos del tercer trimestre y octubre fueron espectaculares, en particular, en vista de que los datos no fueron tan sólidos. Sin embargo, no hay duda de que los datos fueron suficientemente sólidos como para convencer a los mercados de que los tipos no se reducirían demasiado en 2024. Sin más. Las comunicaciones de la Reserva Federal y el Banco Central Europeo (BCE) enfatizaban que las restrictivas condiciones financieras y, en el caso de Europa, la persistente debilidad del crecimiento económico y la caída más rápida de lo previsto de la inflación, bastaban para evitar nuevas subidas de los tipos en el futuro y suponían un entorno lo suficientemente restrictivo como para lograr que la inflación descienda hasta niveles aceptables. El resto, como decía aquel, es historia. Efectivamente, este noviembre pasará a los libros de historia por la evolución de los mercados de bonos. Pero ¿a dónde nos dirigimos a partir de ahora?
Aunque pensamos que no hay duda de que los datos y las comunicaciones de los bancos centrales respaldaban una caída de las tires, la pregunta ahora es, tras el ‘rally’ de noviembre, ¿qué margen queda? ¿En qué medida las rentabilidades de 2024 se han adelantado a 2023? Aunque la Reserva Federal y el BCE han respaldado la idea de que hay una probabilidad muy alta de no sean necesarios más subidas de los tipos de interés, ¿en qué medida pueden caer los tipos en 2024 y más a largo plazo? El bipolar mercado de bonos está convencido de que lo que no sube debe bajar, y bajar en gran medida. Aunque la Reserva Federal había trazado bajadas de los tipos para el próximo año, las reducciones previstas eran relativamente moderadas y no se producirían hasta el cuarto trimestre de 2024. El mercado ya no cree en esta orientación. En la actualidad, se descuentan rebajas de los tipos en Estados Unidos superiores a 100 pb para 2024, y en una cuantía similar para la zona euro. ¿Será el caso?
En vista del ‘rally’ de noviembre (y principios de diciembre), la evolución de los datos y las comunicaciones de los bancos centrales serán clave. Tanto la Reserva Federal como el BCE tienen la oportunidad en diciembre de dejar las cosas claras. Será muy interesante ver cómo describirán el enfoque actual de la política monetaria y el conjunto de las condiciones financieras, sin desandar el endurecimiento al que asistimos en septiembre/octubre. Además, aunque los mercados han celebrado la continuada caída en el número de vacantes según la encuesta de ‘Job Openings and Labor Turnover Survey (JOLTS)’ de la Oficina de estadísticas laborales de Estados Unidos, el crecimiento del empleo sigue siendo robusto. ¿Empezarán a retroceder los mercados? ¿O todavía conservan la solidez? Tendremos que esperar para comprobarlo.
Dadas las tires actuales, tanto nominales como reales, y la velocidad a la que han descendido, parece probable que los bancos centrales detengan sus alzas de los tipos mientras aguardan más información. Los mercados parecen posicionarse a largo y ser adictos a esta visión tan optimista del mundo. Nosotros creemos que se descuentan numerosas buenas noticias en las curvas de tipos de la deuda pública. Nos preocupa que el flujo de información no sea tan "unilateral" durante el resto de mes y podría hacer temblar el sólido optimismo acerca de que, no solamente la inflación seguirá bajando, sino que además hay una alta posibilidad de que la inflación no sea tan persistente y descienda más rápidamente de lo previsto. Parece que esto ya está sucediendo en la zona euro, pero podría darse en Estados Unidos. Sugerimos una exposición neutral al riesgo de tipos en vista de los fundamentales, que, por el momento, son sólidos, pero se descuentan de manera excesiva bajadas de los tipos. Al igual que la mayoría de los inversores, aguardamos ansiosos los datos de empleo de Estados Unidos y el desenlace de la reunión de diciembre de la Reserva Federal.
Seguimos pensando que ciertos mercados de bonos de la esfera emergente resultan atractivos, incluso tras la buena evolución que han seguido. La caída en las tires de los bonos del Tesoro de Estados Unidos y la depreciación del dólar son positivas para los mercados emergentes: brindan un apoyo adicional para las bajadas de tipos en la esfera emergente a medida que la inflación sigue descendiendo. Preferimos los mercados de bonos en América Latina, ya que los bancos centrales de esta región han logrado bajar los tipos y seguirán haciéndolo si la Reserva Federal se encuentra de verdad en pausa. Sin embargo, los datos estadounidenses deben respaldar el relato moderado que descuentan los mercados financieros. Dudamos de si perseguir o no las tires más bajas de los mercados emergentes hasta tener mayor certeza sobre la trayectoria que podrían trazar las tires del Tesoro estadounidense en los próximos meses.
Los mercados de crédito avanzaron con fuerza también en noviembre. Su evolución cobra pleno sentido si creemos que es probable que la Reserva Federal y el BCE rebajen los tipos y que lograrán combatir la inflación, no por el hecho de que la actividad económica haya resultado mucho más débil de lo esperado. Sin embargo, una razón por la que los diferenciales de los bonos corporativos han evolucionado tan bien es que los tipos oficiales de todo el mundo están en niveles elevados, lo que significa que, si los datos resultan más débiles de lo esperado, los bancos centrales pueden bajas los tipos con bastante agresividad para poner coto a la tendencia, dadas las buenas trayectorias de la inflación. Esta opción ‘put' de la economía por parte de los bancos centrales no se producía desde la última década y una de las razones principales por las que, en esa década, no se ha producido una recesión (al menos, en Estados Unidos).
Los diferenciales de crédito siguen contando con el adecuado respaldo de las expectativas sobre la evolución de la política monetaria, un crecimiento razonable —aunque no demasiado sólido— y unas tires reales elevadas, al menos, en términos históricos. Sin embargo, una economía 'goldilocks' tiene un precio. Los diferenciales sobre los bonos corporativos en dólares estadounidenses están alcanzando niveles que se sitúan en el extremo bajo y la situación no puede evolucionar muy mal en términos económicos si se mantienen en estos niveles o siguen ajustándose. Pensamos que una posición prudente y moderadamente larga en los mercados de crédito —tanto en ‘investment grade’ como en ‘high yield’— está justificada. Los bonos ‘high yield’ de vencimientos más cortos sí se perfilan atractivos en este entorno. La perspectiva de la inflación será crítica para determinar si los mercados han de preocuparse por los diferenciales del crédito. Consideramos que el sector financiero sigue mostrando un valor mejor que los ámbitos no financieros.
Continuamos decantándonos por crédito titulizado con vencimientos más cortos, como bonos de titulización hipotecaria sobre inmuebles residenciales, bonos de titulización de activos y determinados bonos de titulización hipotecaria sobre inmuebles comerciales. Dicho esto, la perspectiva se ha deteriorado moderadamente en vista de las crecientes presiones sobre los balances de los hogares y la caída del ahorro. Nuestro segmento favorito dentro del crédito titulizado sigue siendo las hipotecas sobre inmuebles residenciales de no agencia a pesar del difícil acceso a la vivienda. De modo sorprendente, la vivienda en Estados Unidos parece haber tocado fondo y los precios están volviendo a subir. Creemos que las hipotecas de agencia de Estados Unidos, a pesar del gran rendimiento que tuvieron en noviembre, siguen ofreciendo un valor decente frente al crédito 'investment grade'.
La perspectiva para el dólar estadounidense también parece estar cambiando. Aunque mostró una solidez elevada en el tercer trimestre, registró pérdidas notables en noviembre. Las condiciones económicas en Estados Unidos siguen siendo mejores que en la mayoría de las demás economías avanzadas, lo cual sugiere que es improbable que la Reserva Federal baje los tipos más que otros países, en vista de su comportamiento en 2023. Así pues, no creemos que tenga sentido infraponderarse en el dólar frente a las monedas de otros países del G20. Algunas monedas de mercados emergentes parecen mejor posicionadas, pero, tras la buena marcha reciente, no creemos que sea el momento de ir detrás del mercado. Creemos que las tires locales de los mercados emergentes parecen una apuesta más acertada que la apreciación de las divisas de tales mercados.
Tipos y divisas de mercados desarrollados
Análisis mensual
Las tires de los bonos globales cayeron considerablemente en noviembre. Las tires de los bonos del Tesoro estadounidense, los bonos alemanes y la deuda pública del Reino Unido a 10 años cayeron 60 pb, 36 pb y 34 pb, respectivamente. Tras un periodo de datos sistemáticamente mejores de lo esperado en Estados Unidos, las cifras económicas comenzaron a situarse sorprendentemente por debajo de las expectativas. Destaca sobre todo un dato del sector manufacturero del ISM más débil de lo esperado y un IPC estadounidense menor que el previsto. Además, el Tesoro anunció en su ‘Quarterly Refunding’ más aumentos paulatinos de las dimensiones de las subastas con cupón a largo plazo, lo cual brinda cierto respaldo a un extremo largo de la curva sometido a presión. En general, a diferencia de las variaciones recientes, las curvas se han aplanado (la curva de tipos de los bonos a 2 años y 10 años de Estados Unidos ha descendido 20 pb). Cabe destacar que el ‘term premia’, impulsor potencial del pronunciamiento anterior, se revirtió por completo y puede que haya propiciado el aplanamiento. El modelo de ‘term premia’ a 10 años de la Reserva Federal de Nueva York propuesto por Adrian, Crump y Moench cayó 35 pb a lo largo del mes. En lo referente a los bancos centrales, la Reserva Federal mantuvo los tipos oficiales sin cambios y se percibió como ligeramente ‘dovish’. Para finales del mes, el mercado ya no descontaba en absoluto una subida por parte del FOMC. En otros lugares, el Banco de Inglaterra, el Banco de la Reserva de Nueva Zelanda, el Riksbank y el Norgesbank optaron por mantener sin cambios sus tipos oficiales. La única excepción fue el Banco de la Reserva de Australia, que decidió subir los tipos 25 pb hasta el 4,35% según se esperaba, dados los riesgos de que la inflación pudiera seguir siendo elevada en Australia1.
Perspectiva
Ante la muy buena evolución de las tires de los bonos globales, la pregunta ahora es si estamos ante un viraje duradero desde unos tipos elevados o si se trata de una mera evolución temporal que podría revertirse. Cuándo y en qué medida rebajará los tipos la Reserva Federal son aspectos clave en este sentido. El mercado ha comenzado a descontar la posibilidad de bajadas de los tipos para el primer trimestre de 2024 y cuatro bajadas completas para finales de 2024, todo ello, a pesar de las comunicaciones de la Reserva Federal de que el precio del dinero tendrá que permanecer elevado durante un tiempo. Dicho esto, se ha producido un giro en los datos y los de inflación brindan más confianza en que la Reserva Federal alcanzará su objetivo, quizá sin tener que causar una recesión. Aunque la economía mantiene en cierta medida su resiliencia y las expectativas para el PIB del cuarto trimestre siguen siendo positivas, se prevé que el crecimiento se ralentice hasta por debajo de sus posibles niveles y el desempleo ya ha empezado a aumentar. A pesar de la buena evolución de las tires, no queda claro si su positiva dinámica ha llegado a su fin; sin embargo, las curvas se encuentran hoy mucho más invertidas y el ‘term premia’ se encuentra muy por debajo del 1%-3% de antes de la crisis financiera global. Además, el descenso de las tires ya ha moderado las condiciones financieras. Dada la incertidumbre, es difícil expresar de manera concreta una opinión directa sobre los tipos de interés; sin embargo, consideramos atractivos los ‘steepeners’ en algunas partes de la curva dado que continuarían beneficiándose de nuevos aumentos del ‘term premium’ o de un ‘bull steepening’ más típico si la Reserva Federal cambia su política ante la debilidad económica. En cuanto a divisas, con el cambio en las tires y los datos de Estados Unidos, el dólar se debilitó un 3% durante noviembre; en este momento, nos mostramos más pesimistas.
Tipos y divisas de mercados emergentes
Análisis mensual
La deuda de mercados emergentes rebotó en noviembre, pero no solo con rentabilidades positivas, sino con los mejores rendimientos mensuales desde comienzos de 2023 en todos los segmentos de esta clase de activos. El viraje en la confianza en bajadas de los tipos de interés el año próximo, así como la debilidad del dólar, contribuyó a mover el interés inversor hacia la esfera emergente. Los diferenciales se estrecharon tanto en la deuda soberana como en la deuda corporativa, y la mayoría de las divisas de mercados emergentes se fortalecieron. La República Dominicana redujo los tipos inesperadamente dado que el giro en el mercado de bonos del Tesoro estadounidense contribuyó a propiciar un entorno macro favorable para ello. Por otra parte, Turquía sorprendió al alza con una subida de 500 pb, si bien a la decisión le siguió una declaración menos restrictiva a pesar de que la inflación sigue por encima del 60%. El nuevo presidente de Argentina, Javier Milei, fue elegido gracias a sus propuestas radicales, si bien la retórica poselectoral ha sido más positiva de lo esperado. Prosiguieron las salidas de esta clase de activos, con 1.900 millones de USD menos en el caso de los fondos de moneda dura y 1.000 millones de USD para los fondos en moneda local, aunque las salidas se han moderado significativamente en comparación con los tres últimos meses2.
Perspectiva
La Reserva Federal se está acercando al final de su ciclo de subidas de los tipos de interés, pero todavía se desconocen la distancia hasta la meta y el nivel del tipo terminal. Persiste la divergencia en esta clase de activos, pues algunos bancos centrales de la esfera emergente se vieron alentados por el tono moderado del mercado estadounidense y redujeron los tipos, mientras que muchos otros siguen en pausa, pero se disponen a empezar a minorarlos pronto. El conjunto de esta clase de activos es sensible a las condiciones macro, como pone de manifiesto el viraje en la confianza del mercado estadounidense, por lo que continuamos siguiendo estos acontecimientos macro y su impacto en estos activos. El análisis por país y crédito será fundamental para encontrar valor en esta clase de activos al final de 2023.
Crédito corporativo
Análisis mensual
Los diferenciales de crédito 'investment grade' europeo se estrecharon menos que sus homólogos estadounidenses, pues en noviembre los diferenciales de los mercados de crédito se estrecharon y las rentabilidades de los activos libres de riesgo evolucionaron favorablemente. Los mercados interpretaron los datos económicos y los comentarios de los bancos centrales como un menor riesgo de que sigan subiendo los tipos y como un aumento de la probabilidad de que se produzca un ‘soft landing’ de la economía. El tono del mercado en el mes respondió a varios factores; en primer lugar, no se intensificaron las preocupaciones geopolíticas, lo que resultó en un menor precio del petróleo. En segundo lugar, unos datos de inflación por debajo de las expectativas sugirieron que la política monetaria estaba funcionando y no eran necesarias nuevas subidas de tipos. En tercer lugar, publicaciones de resultados del tercer trimestre que, si bien en conjunto superaron las expectativas, vieron debilidad en los sectores de energía y químicos, así somo algunas rebajas en las expectativas de crecimiento. Por último, el mercado contó con el respaldo de titulares en China acerca de que las medidas de política que apoyan el crecimiento y el sector inmobiliario se están planeando e implementando.3.
Los mercados ‘high yield’ en Estados Unidos y a nivel global obtuvieron rentabilidades casi históricas en noviembre ante la ralentización del crecimiento económico, si bien fue relativamente estable, el enfriamiento de los datos de inflación y la marcada caída de las tires del Tesoro estadounidense. Los factores técnicos en el ámbito de activos ‘high yield’ fueron especialmente sólidos en noviembre; hubo una emisión moderada y se registró la tercera mayor entrada de la que se tiene constancia de flujos en un mes en fondos minoristas ‘high yield’ estadounidenses. Las primeras semanas del mes se caracterizaron por una rentabilidad relativa muy positiva en los segmentos de mayor calidad y más duración del mercado ‘high yield’. Dado que la buena marcha se prorrogó, los inversores se tornaron más atrevidos y obtuvieron más tires, lo cual ayudó a que el segmento de activos con una calificación de CCC evolucionara con fuerza la última semana de noviembre4.
En noviembre, los bonos convertibles globales subieron drásticamente junto con otros activos de riesgo ante las expectativas de los inversores de que los tipos han tocado techo. Sin embargo, los bonos convertibles obtuvieron una rentabilidad relativa negativa (con respecto al índice MSCI Global Equity y el Bloomberg Global Aggregate Credit) dado que parte de los sectores con mayor rentabilidad, como materiales, industrial y financiero, estaba menos representada en el mercado de estos bonos. La emisión destacó positivamente, pues se suele producir en repuntes de la renta variable; se produjeron transacciones nuevas valoradas en 9.600 millones de USD, en el que fue el segundo mes con nivel más alto del año. Estados Unidos lideró la oferta, con 5.500 millones de USD en papel, incluidas grandes operaciones de PG&E, Uber y Western Digital5.
Perspectiva
De cara al futuro, el ‘base case’ del equipo considera el potencial de unos factores técnicos fuertes de cara a final de año respaldado por la demanda absoluta por renta fija de alta calidad y un obstáculo en el primer trimestre a medida que la oferta impacte en los mercados. El equipo espera que la oferta sea escasa en diciembre (con el riesgo de que parte de la oferta se adelante dado el rally en los tipos libres de riego y en los diferenciales de crédito), y que por su parte sea elevada en el primer trimestre de 2024, ya que los emisores buscan adelantarse a la incertidumbre de los fundamentales, así como a las elecciones en EE. UU. de segunda mitad del año. El equipo ve el ‘carry’ como una atractiva oportunidad de rentabilidad.
El mercado ‘high yield’ cerró el mes con una tir media que aun así fue de un atractivo histórico, aunque menos en comparación con un mes antes. Sin embargo, nuestra perspectiva y nuestro posicionamiento siguen siendo en cierta medida cautos. La necesidad de cautela se basa en los factores catalizadores que prevalecen, como una política monetaria restrictiva, los obstáculos a corto plazo a los que se enfrentan los emisores de consumo y ‘high yield’ en Estados Unidos, y las valoraciones, que se mueven conforme a patrones históricos y que se estrecharon de manera sustancial en términos intermensuales.
Seguimos siendo optimistas sobre el mercado global de bonos convertibles. En el transcurso del año, los precios de los bonos convertibles han subido desde el extremo bajo y la parte media de la banda de entre 80 USD y 90 USD a un nivel próximo al valor nominal, lo cual les ha restado similitud a los bonos convencionales. Además, las deltas han subido, lo cual hace que los bonos convertibles sean más sensibles a la evolución de la renta variable. Las primas de conversión también se han reducido en gran medida y actualmente son mucho más razonables. Creemos que estos factores brindan a los bonos convertibles un perfil más equilibrado, lo cual ofrece un perfil más tradicional de rentabilidades asimétricas de cara al futuro.
Titulizaciones
Análisis mensual
Los diferenciales de los bonos estadounidenses de titulización hipotecaria de agencia se estrecharon en noviembre, poniendo fin a una tendencia de varios meses de ampliación dado que los mercados siguen teniendo dificultades para absorber la oferta en ausencia de compras de este tipo de activos por parte de la Reserva Federal y ante la disminución de las adquisiciones de estos bonos por bancos estadounidenses. Los diferenciales de los bonos de titulización hipotecaria de agencia se estrecharon 22 pb, de 177 pb a 157 pb, por encima de los bonos del Tesoro estadounidense. Los bonos de titulización hipotecaria con cupón más alto evolucionaron peor que sus homólogos con cupones más bajos dado que la curva hizo un ‘bull flattening’. Las posiciones de la Reserva Federal en estos activos se redujeron 16.000 millones de USD hasta 2,44 billones de USD. Las inversiones en bonos de titulización hipotecaria en manos de bancos estadounidenses permanecieron en esencia sin cambios, en 2,58 billones de USD, si bien las posiciones de los bancos siguen por debajo en más de 400.000 millones de USD con respecto a comienzos de 2022. Los diferenciales de crédito titulizado siguieron estrechándose en noviembre a pesar de la sólida oferta de emisiones nuevas. Nuestras posiciones en activos titulizados europeos cayeron ligeramente en noviembre6.
Perspectivas
Pensamos que unos tipos de interés ‘higher for longer’ seguirán erosionando los balances de los hogares, causando tensión para los bonos de titulización de activos orientados al consumo y más tensión para los titulares de financiación para inmuebles comerciales. Las oportunidades de crédito hipotecario para inmuebles residenciales nos parecen más interesantes dado que la mayoría de los prestatarios cuenta con hipotecas a tipo fijo durante 30 años a tipos sustancialmente más bajos y que el aumento de los precios de la vivienda en los últimos años ha incrementado de manera significativa el patrimonio de los propietarios de viviendas. Nos decantamos por los bonos estadounidenses de titulización hipotecaria de agencia en estos niveles de diferenciales más amplios.
Las tires de las titulizaciones permanecen en niveles históricamente altos y consideramos que estos diferenciales más amplios ofrecen una compensación más que suficiente para los riesgos actuales del mercado. Las condiciones del crédito fundamental permanecen estables a pesar de los riesgos de recesión; aunque los impagos en las diferentes clases de activos están subiendo lentamente, el nivel general de impagos sigue bajo en perspectiva histórica y consideramos que sus niveles seguirán sin suponer una amenaza para la gran mayoría de los valores. Los bonos de titulización hipotecaria sobre inmuebles residenciales de no agencia de Estados Unidos siguen siendo nuestra categoría favorita de crédito a pesar del difícil acceso a la vivienda. Los precios de la vivienda en Estados Unidos siguen estables; se enfrentan a unos costes hipotecarios más altos, pero cuentan con el respaldo de una dinámica favorable entre oferta y demanda. La estabilidad de los balances de los hogares y del empleo favorece la asunción de financiación y la persistente suscripción conservadora de préstamos también favorece a los créditos hipotecarios. Mantenemos una mayor cautela en torno a los activos inmobiliarios comerciales, en particular, oficinas, que se siguen viendo afectados negativamente por el mundo postpandemia. Mantenemos una perspectiva cauta acerca de las posiciones en deuda titulizada europea.